{ IMAGINAR }

Hoy me he encontrado imaginándote a mi lado, descansando de costado mientras pasas un brazo por el hueco que deja mi cuello y a la almohada, acariciándome las mejillas con las yemas de los dedos del brazo que tienes libre. Ladeando una sonrisa que refleja la ternura que guardas por mí, sin problemas, sin complicaciones. Mirándome como si ese mismo instante fuera el único que realmente vale la pena a la vez que te devuelvo la mirada llena de amor y paz, pasando mis dedos por la parte lateral de tu torso, sin olvidar posar una de mis piernas por encima de las tuyas. 

He imaginado que disfrutamos de esa cama de matrimonio con almohadas de pluma, del tacto de las sábanas de seda con la que nos arropamos para mantener el calor entre nosotros, juntos. El sonido de las brasas de la chimenea crepitando a lo lejos, recordándonos que nadie más existe excepto nosotros en esa habitación decorada con flores y antigüedades. Incluso escuchamos el sonido de las aves que se posan en los árboles de alrededores, cantando con entusiasmo a la vida.

Silencio que no incomoda, aire puro que llega desde las montañas, calidez que desprenden nuestras manos. ¿Es esto lo más cerca que podemos estar? El mundo se reduce de nuevo a nosotros mientras me acerco lentamente a besar tus labios.

Sabor y saber en un micro segundo que pasan a ser minutos, que se mezcla con pasión, deseo y, de nuevo, querer.

Vuelves a reír cuando hago el amago de ponerme a ahorcajadas sobre ti mientras me ayudas con tus manos en mis caderas para terminar de hacerlo y preguntas si quiero sentir otra vez que bailamos al mismo ritmo.

Ya lo somos aunque todavía no podamos serlo.