{ ERITEHIA } 2da parte.

Da un portazo tras entrar en su cuarto decidiendo así el fin de la discusión. Mientras escucha a su padre hablar con él mismo.

—¡Joder! ¡Si tu madre estuviera aquí sabría como lidiar con esta situación!

Se tira en su cama y hace como si le respondiera a su padre en voz baja a medida que varias lágrimas caen por sus mejillas. 

—Pero no está, papá. Ojalá supieras que no sabes escoger las palabras adecuadas en los momentos oportunos. —Se revuelve en su cama y se queda mirando cara a cara con el peluche de un dinosaurio, regalo materno de su quinto año de vida.

***

Cuarto vídeo.

Cuarto mes.

—¡Hola de nuevo, mi pequeño aguacate! ¿Por qué te digo así? Porque he ido al médico y me ha explicado todo lo que sucede dentro de mi respecto a ti y ha hecho una comparación muy graciosa. Me dijo que tenías el tamaño de un aguacate para hacerme más o menos la idea de cómo ibas creciendo. ¡Venga ya, es gracioso!

Niega con la cabeza mientras se tapa la cara, la cual se ha tintado de un color rosa en sus mejillas.

—Está bien, quizás solo me ría yo. A tu padre tampoco le ha hecho gracia pero una pequeña sonrisa le ha aparecido en el rostro cuando me ha visto reírme. He de admitir que ha sido tierno. Lo quiero tanto... 

¡Por cierto! Este es el cuarto vídeo del cuarto mes. En teoría debería haber sido el segundo pero te he hecho dos más referidos al primer y segundo mes de embarazo cuando no tenía casi barriga. Ni te darás cuenta de que han sido hechos después hasta que llegues a este.  Pequeño secreto revelado.

Hm, también he notado que se me han ensanchado las caderas y vivo con un constante dolor de espalda. Estás creciendo y se nota, mi vida. Dentro de un mes podremos saber si serás una niña o un niño y no sé si estoy preparada para saberlo aunque claro, ¡debemos ir a comprarte ropa! por lo que es necesario saber cuál será tu sexo. ¡Estoy nerviosa!

Abren la puerta de la habitación sin ni siquiera tocar y una voz masculina se hace oír.

—Amor, estás ocupad... —Se da cuenta de lo que ha hecho y se siente mal por ello.

—Veo que ya te has dado cuenta, cariño. Pero venga, entra, entra. 

El chico entra y se abalanza de manera cuidadosa sobre ella para darle un abrazo y depositarle luego un beso en los labios.

—Me siento un poco raro al hacer esto y saber que lo voy a ver dentro de unos años. Donde me ponga sentimental junto con nuestra hija o hijo al verlo lo tendrás en tu conciencia. 

—¡Pero me recordarás! Tú solo siéntate que le voy a hablar un poco de ti a nuestro bebé.

—Uy, qué mal me suena eso. Menos mal estoy presente para defenderme. 

Le mira con dulzura y le da otro beso en los labios. Unos segundos que se guardan para siempre. Él no la suelta de su agarre y es que quiere sentir su calor corporal tanto como pueda.

—Pues bien, mi aguacatito, este es tu papá, Marcus. Se está dejando la barba para parecer maduro o algo así pero en el fondo es muy infantil y estoy segura de que jugará contigo todas las veces que quieras. 

Al principio es un poco complicado de tratar y espero que cuando estés entrando en la adolescencia le tengas un poco de paciencia porque no sabe escoger las palabras adecuadas para cada momento, aún así no lo hace de mala fe. Hay veces que dice una cosa cuando realmente quiere decir otra así que si te ofende o te molesta, díselo con dulzura que intentará explicártelo mejor. ¡Eh! A menos que sea sobre salir con chicos, ahí sí que tienes que hacerle caso y dejarte aconsejar. Quizás te duela un poco esto pero... él ya será mayor para entonces y sabrá cosas que tú todavía no, por lo que puede prevenirte o al menos intentarlo.

Te digo desde ya que no hace falta que le levantes la voz porque lo detesta y yo también. Puedes imaginarte que nuestras discusiones no suelen durar mucho. 

También he de decirte que tu padre me ha prometido estar contigo para lo que quieras y si ves que hay cosas que no se las puedes contar a él, acude a tu abuelita, seguro te dará buenos consejos. Lo siento cariño, son cosas de chicas. 

Con esto último ha sentido la mirada de él y en efecto, se lo ha encontrado mirándola con una ceja levantada. Tan típico de él... Besa su nariz inocentemente y le susurra un Te quiero. 

—Oye, cariño, te ves preciosa hablándole con tanto amor a nuestro bebé, ¿quieres que hagamos otro?

—¡No digas eso, que después lo verá!

—Será ya mayor y lo entenderá, si no... —mira a la cámara y le guiña un ojo —te lo explicaré a su tiempo.

Le pellizca un poco fuerte el brazo para hacerle callar y ríe por su travesura. Él la mira haciéndose el enfadado pero no tarda en contraatacar con cosquillas por lo que por unos minutos en el vídeo solo queda grabada la risa de ellos. 

—¡Vete! ¡Me desconcentras! 

—Tú sí que me desconcentras, mi amor. Eres tan bella... —Una vez más demuestra su amor mordisqueándole muy suavemente la mejilla y sale de la habitación cerrando la puerta tras de sí.

 Vuelve a estar sola y se arregla los cabellos que han quedado fuera de su sitio tras la batalla de cosquillas.

 —¿Has visto, mi vida? Tu padre es muy bueno y muy cariñoso. Solo has de entenderlo.

Recuerda nuevamente que mamá te quiere. ¡Muchísimo! Ahora tu corazón y el mío laten juntos y saberlo es maravilloso. Como en cada vídeo, mamá te envía infinitos besos y abrazos sin pausa. Te quiero. 

Se levanta del sofá, envía a cámara muchos besos y detiene el vídeo.