{ ERITEHIA } 4ta parte.

Sexto vídeo.

Sexto mes.


Suena un click en el pequeño departamento. La cámara muestra una parte de lo que es una gran barriga además de a un hombre con la barba de una semana, desarreglada, en un plano picado relativamente cerca de su cara.


—...por eso me ha dicho que... ¡eh! ¿me estás grabando?—Dice ladeando la cabeza un poco a la vez que levanta las cejas cuando escucha el click.

—Lo siento, mi amor. No me he podido resistir.—Le responde y le besa en los labios. Eso no se ve en la cámara pero se escucha bajito. 

—Te voy a seguir contando entonces. Aunque no me he afeitado ni nada y nuestra hija se va a asustar de mi. En fin.—Suspira. Esta vez mira a la cámara directamente y empieza a interactuar con esta.—Verás, mi pequeña, voy a ponerle esta crema a mamá en la barriga para que no le salgan estrías. Según me ha dicho el médico hay que hidratarlas a menudo. Eso sí, con ellas o sin ellas, tu mamá es muy hermosa.


Empieza apretando el bote de crema y una especie de chorro blanco se deja caer en su mano derecha mientras que con la otra mano, junto con su propio torso, hace presión para cerrarlo y dejarlo en el suelo. 

La cámara se empieza a mover. El plano continúa siendo picado pero esta vez más alejado. Se ve hasta los labios de Pléyone con la barriga al descubierto y a Marcus poniéndole la crema en la parte baja del vientre hasta llegar al ombligo sin dejar de sonreirle cada vez que clava su mirada en ella. Cuando ya le ha llenado la barriga de crema y esta se ha absorbido deposita varios besos cortos en la misma. Desliza una pieza rectangular, la cual antes hacía función de mesita de centro, para que así Pléyone pueda levantar las piernas y a continuación  le retira la cámara para ponerla sobre el trípode.

Se despide el futuro papá con un beso en la mejilla de ella, cerrando la puerta tras de sí.


—¡Bienvenida de nuevo, mi niña! Íbamos a empezar el vídeo después de que tu padre me pusiera la crema pero estaba muy guapo y no he podido evitarlo. Una vez más te voy a entretener con mi palabrería sobre embarazo. ¡Pilla palomitas!

Como bien puedes ver, tengo los pies en alto pero no es por gusto propio, que un poco también, es más porque hemos vuelto hace un momento de caminar por los alrededores ya que el médico me lo ha recomendado. Mi cuerpo necesita hacer ejercicio y no soporto ver mis piernas hinchadas cuando estoy sola en casa. ¡Sin olvidar que me aburro muchísimo en casa! Estoy deseando cada día que Marcus regrese del trabajo para salir por lo menos media hora porque sola por la calle tampoco me gusta salir. Todos me quedan mirando. Es un agobio.

¡Por cierto! Me he comprado ropa premamá y te voy a contar un secreto... la detesto. La ventaja que tienen es que son muy cómodas, es verdad, pero yo cada día me veo más ancha de todas partes y con la ropa premamá es más.

»Creo... que se me ha olvidado comentarte una cosa muy importante en los anteriores vídeos y eso es tu nombre. Tus padres hemos decidido que te llames Eritehia. ¿Es bonito, a que sí? Siento que es el nombre perfecto. Completo sería: Eritehia Labner Welbber. Todavía estoy decidiendo si ponerte un segundo nombre que empiece por “B"  como “Brigitte" o “Brittany".

»Te voy a contar un poco de dónde procede este nombre. Es realmente una modificación de otro. El nombre inicial es Eritia, la cual fue una de las ninfas frutales que habitaban en el famoso jardín de las Hespérides. Ese jardín aparece en mitología, ya sabes mi obsesión por ella. Se sabe que en ese jardín crecían una variedad inmensa de plantas capaces de curar cualquier enfermedad pero lo que más destaca de allí es que crece un árbol con una cualidad increíble: tiene como frutos unas manzanas de oro.

»Las manzanas de oro aparecen en diversos mitos como por ejemplo uno de los doce trabajos que tuvo que hacer Heracles para Euristeo que consistía en robar una de esa manzanas, en la carrera que tuvo Atalanta contra Hipómenes y en el juicio de Paris por el cual según se creía que se desencadenó la Guerra de Troya. Y ya no solo en la mitología griega sino que ha trascendido hasta la mitología nórdica e incluso otras culturas occidentales las han pintado en alegorías y ¡muchísimo más!

Espero que tu padre te haya contado suficiente sobre todo esto y estés enterada porque quiero compartir ese vínculo contigo.

»No me quiero ir sin mostrarte una cosa más. Es una radiografía. Todos tus sentidos se desarrollan correctamente y estoy muy feliz por ello. Te movías ante cualquier sonido o golpe fuerte por lo que es alentador.


Se hace el silencio unos minutos mientras la femenina busca un sobre de tamaño medio en el bolso que tiene al costado. Lo encuentra y se acerca a la cámara para mostrar la radiografía por unos cortos minutos.

—No sé si te verás pero esa eres tú, mi pequeña. No sabes bien la cantidad de felicidad que traes a mi vida incluso sin haber nacido.—Sonríe mientras se aleja un poco de la cámara. —Un último consejo antes que se me olvide: No dejes que la ira se apodere de ti cuando tengas algún problema. Recuerda que tu padre va a estar ahí para ti. Ya no solo tu padre sino que toda la familia. Entiende ahora y siempre que la familia es lo más importante, ¿bien?

Va siendo hora de dejarte pero recuerda que mamá te quiere un montón y te manda infinitos besos y abrazos sin pausa.


Alarga la mano derecha mientras que agita la izquierda, despidiéndose y mirando al objetivo. Un último click y la cámara ha dejado de grabar.

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